Reciclaje y residuos
Aunque la solución del grave problema de las basuras no corresponde, únicamente, a los consumidores, no podemos olvidar que también podemos colaborar, como una forma de solución, en producir menos basuras.
Un consumidor responsable tiene en cuenta las siguientes pautas para el reciclado de residuos
- Aplica la fórmula magistral de las cuatro erres: reduce, recupera, reutiliza y recicla. El reciclaje permite recuperar las materias primas para producir otras nuevas. Separa en tu domicilio las diferentes clases de residuos. El vidrio, papel, plástico y pilas tienen contenedores propios y para su éxito es imprescindible la colaboración de todos. Elige los envases de vidrio, especialmente si son retornables. Ambientalmente es mejor que el tetra brick, latas o plásticos y se puede reciclar fácilmente.
- Enseña a las próximas generaciones y a quienes aún no lo saben a utilizar las papeleras.
- Reduce, en lo posible, la compra de productos de usar y tirar (vasos de plástico, pañuelos, servilletas o toallitas de papel, etc.). Rechaza los productos que lleven un envase excesivo, ya que generan demasiados residuos y en su elaboración y destrucción se va a necesitar más energía. Los envases de mayor capacidad resultan más económicos. Procura reutilizarlos antes de tirarlos.
- Cuando se estropee algún electrodoméstico, intenta arreglarlo antes de desecharlo.
- Infórmate de las asociaciones benéficas que recogen utensilios usados, ropa, etc.
- Conoce dónde se depositan los materiales tóxicos que suelen estar en el hogar como pilas, medicinas o pinturas. Algunas farmacias recogen medicinas para su aprovechamiento.
- Si no existen contenedores de recogida selectiva de residuos en la zona donde vives o trabajas, solicítalo al ayuntamiento o a las empresas encargadas de su recogida.
- Cuando te sobre aceite (de freír, de latas de coche) no lo viertas por el fregadero ni en el WC porque depurar esa grasa de los desagües resulta muy costoso y difícil, viértelo en un bote cerrado y tíralo al contenedor adecuado. Además, existen alternativas más limpias aún, como almacenarlo y llevarlo a un punto de recogida municipal (punto verde) cuando se tiene cierta cantidad. Si se es habilidoso incluso se puede hacer jabón con aceite usado y sosa, como hacían las abuelas.
- Evita el uso del papel de aluminio, ya que la obtención de este metal es muy costosa, siendo preferible sustituirlo por plástico o papel. Es también aconsejable guardar los alimentos en envases de plástico o cristal antes que envolverlos.
- Reduce en lo posible el uso del papel: las altas cantidades de papel que se consumen en la sociedad son insostenibles y las fábricas que lo producen consumen altas cantidades de agua y energía y figuran entre las más contaminantes. Usa el papel por las dos caras y utiliza papel reciclado, este consume sólo el 10% de agua y el 55% de la energía que se necesita para la fabricación de papel de primer uso. Tira el papel y el cartón en los contenedores especiales para ello.